¿Me estoy pasando?

Identificar el consumo problematico

¿Cuándo se convierte el chemsex en un problema?

    1. Preocupación por el consumo

Algunos hombres que practican chemsex se pueden sentir preocupados por su consumo. Estas preocupaciones por el consumo pueden estar relacionadas con diversos miedos o temores respecto a sus consecuencias en el futuro.

    • Temor a perder el control sobre el consumo.
    • Miedo a engancharse a alguna droga.
    • Miedo de que su entorno cercano se pueda enterar de su consumo y le estigmatice.
    • Temor a impactar en diferentes esferas de su vida: Salud (deteriorarse físicamente, es común tener la imagen del zombi), economía (llegar a gastar demasiado dinero), social (llegar a perder elementos básicos para vivir, como el trabajo y la vivienda) y sexual (sólo poder tener sexo bajo el consumo de drogas).
    • Llegar a consumir sin un fin específico, sólo para colocarse, incluso en solitario.
    • Ser joven y seguir consumiendo al llegar a adulto, lo que puede llevar a aparcar el desarrollo de otros aspectos de la vida.

Si te suele pasar esto, puedes pensar en hasta qué punto estas preocupaciones pueden estar fundadas por experiencias que hayas tenido o en mensajes que hayas oído.

    1. Pérdida del control

La percepción de pérdida de control es una señal que debe de alertarnos de que “algo ya no está funcionando bien” y que puede ir a peor.

    • Haber comenzado a consumir con más frecuencia de la forma habitual en que lo hacías (como hacerlo cada fin de semana o entre semana).
    • Empezar a probar una diversidad de drogas que antes no consumías.
    • No respetar los límites que te habías marcado con respecto al uso de drogas (no consumir una determinada droga -por ejemplo, la tina por considerarla muy peligrosa- o usarlas por vía inyectada).
    • Durante una sesión, pensar y verbalizar que ya es hora de irte o que te irás a determinada hora y no llegar a hacerlo.
    • Gastar dinero en drogas que, en principio, no tenías intención de gastar.
    • Cancelar reuniones, citas u otros compromisos por decidir quedarte de fiesta. Esto incluye avisar que no vas a ir a trabajar por “estar enfermo” u otras razones.
    1. Consumo problemático

Reconocer y aceptar que uno está teniendo problemas con el consumo de drogas puede ser difícil y doloroso.

Nos hemos encontrado que muchos hombres entienden que un consumo problemático está relacionado con:

    • Aumento de la frecuencia del consumo, hasta el punto en que se convierta en hábito o que se haga con cierta regularidad.
    • Consumir en días laborables e incluso en el trabajo.
    • Consumo en solitario o a escondidas.
    • Tener sexo sólo si está presente el uso de drogas.

Pocos suelen mencionar la interferencia/impacto que puede estar teniendo en la vida cotidiana. A continuación, te presentamos algunas situaciones que te pueden ayudar a discernir si estás atravesando por un problema con el consumo:

    • Que los amigos te digan que tienes un problema con el consumo porque te ven consumiendo en días laborables.
    • Que las relaciones con tus amistades se hayan visto alteradas o deterioradas (p.e. dejar de ver a los amigos que no usan drogas).
    • Que varias veces hayas tenido que ser socorrido por personal sanitario por algún chungo.
    • Que te hayan echado de algún trabajo por tus constantes faltas, bajo rendimiento laboral, ir bajo los efectos de las drogas, descuidos, etc.
    • Que estés mudándote constantemente de vivienda por diversos problemas con tus compañeros de piso (p.e. tus invitados utilicen sus enseres de baño -como toallas-, o dejen la ducha sucia después de una lavativa anal y tú no te des cuenta para limpiarla) o tus vecinos (p.e. que en varias ocasiones tus invitados toquen el timbre equivocado a la madrugada) derivados de tus quedadas para tener una sesión.
    • Gastar dinero que no tienes en comprar drogas (p.e. pedir prestado, dejar empeñado objetos, pagar con objetos -relojes, móviles, tablets-)

Me estoy pasando

¿Te gustaría saber de qué forma te está afectando la práctica del chemsex? Te invitamos a rellenar el siguiente cuestionario para reflexionar sobre el grado en el que se puede estar convirtiendo en un problema (o no). En función de tus respuestas, recibirás un resultado.

1. ¿Con qué frecuencia tienes sexo con drogas?

Diariamente.
Una vez por semana.
Algunas veces a la semana.
Un par de veces al mes.
Una vez al mes.
Unas pocas veces al año.

2. ¿Cuánto tiempo con amigos o haciendo vida social lo pasas consumiendo?

Ninguno.
Una parte.
Más o menos la mitad.
La mayor parte.
Todo el tiempo.

3. ¿Con qué frecuencia has faltado al trabajo o a citas sociales con amigos o familiares, debido a tu consumo?

Nunca.
Raramente.
A veces.
A menudo.
Muy a menudo.

4. ¿Con qué frecuencia te has saltado tu propio límite con la hora de volver o con el dinero que ibas a gastar, debido a tu consumo?

Nunca.
Raramente.
A veces.
A menudo.
Muy a menudo.

5. ¿Cuánto dinero gastas en una sesión cuando consumes? Puedes incluir otros gastos, como taxis o entradas a clubs o saunas.

6. ¿Hasta qué punto estás satisfecho con tu vida sexual en este momento?

Muy insatisfecho.
Algo insatisfecho.
Algo satisfecho.
Muy satisfecho.

7. ¿Cuánto sexo tienes con drogas?

Nada.
Una parte.
La mitad.
La mayor parte.
Todo.

8. ¿Te has arrepentido de algún riesgo que hayas corrido al consumir? ¿Cuál?

9. ¿Hasta qué punto es probable que vuelvas a correr el mismo riesgo?

Muy improbable.
Poco probable.
Bastante probable.
Muy probable.

10. ¿Alguna vez has sido hospitalizado, perdido el conocimiento o necesitado atención médica debido a tu consumo?

Nunca.
Una vez.
Un par de veces.
Varias veces.

11. ¿Hasta qué punto sientes que controlas tu consumo de sustancias y las decisiones que tomas?

No lo controlo.
Lo descontrolo bastante.
Lo controlo la mitad del tiempo.
Lo controlo bastante.
Lo controlo.

12. Idealmente, ¿cuánto dinero te gustaría gastar en drogas?

13. Idealmente, ¿con qué frecuencia te gustaría tomar drogas recreativas?

Diariamente.
Algunas veces a la semana.
Una vez por semana.
Un par de veces al mes.
Una vez al mes.
Unas pocas veces al año.
Nunca.

14. Idealmente, ¿cuánto sexo te gustaría tener sin drogas?

Ninguno.
Una parte.
Más o menos la mitad.
La mayor parte.
Todo el tiempo.

15. ¿Te sientes capaz de llevar a cabo los cambios que quieres hacer?

Me siento capaz.
Me siento capaz de hacer algunos cambios.
Me siento bastante incapaz de hacer algún cambio.
Me siento incapaz de hacer ningún cambio.

Volver a empezar

La idea de tener relaciones sexuales sin drogas puede llevar a anticipar una potencial decepción o desilusión. Es posible que te preocupe si vas a conseguir una erección, si lo disfrutarás o si puedes satisfacer a tu pareja sexual. Muchas de estas preocupaciones pueden parecer más grandes en tu cabeza y puede que te resulte mucho más fácil tratarlas en la práctica. Aquí hay algunas sugerencias para ayudarte a comenzar:

    • No hay nada mejor que realmente gustarte o sentirte cómodo con alguien para que te sea más fácil volver a tener sexo sin drogas. Puedes empezar con algún follamigo con el que te sientas cómodo (y con quién podrías estar bien teniendo sexo sin drogas). Tener citas y darte un tiempo para conocerle antes de tener sexo con ellos también puede ser una excelente manera de sentirte más cómodo. Asimismo, puede sentar las bases para algo más duradero, si eso es lo que estás buscando.
    • Muchos hombres tienen preocupaciones o ansiedades con respecto al sexo, especialmente si han usado drogas durante el sexo con anterioridad. Si tienes un follamigo o un chico con el que estás saliendo (o te sientes cómodo hablando), podría ayudarte hablar de algunas de las cosas que te preocupen. Es probable que también tenga preocupaciones similares a las tuyas, o que las entiendan. Y si no es así, puedes valorar si vale la pena mantener el tipo de relación que tenéis.
    • Piensa en las relaciones sexuales que tenías antes de consumir drogas.  Tal vez haya determinadas prácticas sexuales o fantasías que quieras retomar o lugares donde tenías sexo a los que quieras volver, y que podrían ser un primer paso para tener sexo sobrio. Solo desconfía de las dinámicas que puedan llevarte a los viejos patrones en torno a las drogas. Por ejemplo, si deseas ir a una sauna, elije una que no tenga un uso frecuente de drogas, o puedes ir en un horario en el que haya menos personas que consumen drogas, como a mitad de semana, justo después del trabajo.