SIETE: Jara y sedal, o la fauna en la sauna

Loading

La sauna, tal y como he hablado antes, puede ser un mundo atractivo, en el que todo es seducción, donde crees encontrar amistades y amores, que una vez sales por sus puertas, tanto ellos como tú, todas esas sensaciones desaparecen tras la ostia que te pega el sol cegador de las doce del mediodía después de haberte tirado dentro de la sauna dos o tres días seguidos y haberte gastado más de 150 euros entre la entrada, reentradas, cabinas privadas, bebidas y algo de comer. Continuar leyendo «SIETE: Jara y sedal, o la fauna en la sauna»

SEIS: La sauna, o mi segunda residencia

Loading

A mí siempre me gustó ir a la sauna. Entraba un sábado después de fiesta, pagaba la entrada, me desnudaba y me ponía la toalla y subía hasta la zona de las cabinas. Daba un par de vueltas y me metía en una de las cabinas con alguien que me molaba. Follábamos, me corría y ya está. El arte de descargar estrés por 20 euros. Y así hacía de vez en cuando. Continuar leyendo «SEIS: La sauna, o mi segunda residencia»