Escrito por Letra H.
Son las cinco de la mañana y como siempre, cuando no puedo dormir, me gusta escribir un poco por lo que paso, para sanar, para volver a poner orden a aquello que me tiene desorientado y para comprender. Normalmente, me pasa, o porque he consumido el día anterior, y la resaca me deja en estado melodramático, o porque como me ha pasado ahora, porque he visto una peli, serie o libro que me ha transmitido un sentimiento muy fuerte, el cual luego me impide dormir.
Este sentimiento me suele transmitir pena, una pena que cuesta dejar de lado y que siempre viene acompañada de soledad. Pensar que estoy solo pese estar rodeado de gente, amigos y familia que me quiere parece una situación bastante irónica. Pero en estos momentos siento que necesito alguien que me dé un abrazo y me diga — No pasa nada, todo está bien—. En el fondo soy consciente que no vivo en ninguna peli comercial donde mi estabilidad emocional dependa únicamente de alguien. En la vida real, pese a contar con el apoyo tanto profesional como de mis vínculos afectivos, también he de aprender a comprender y asumir este sentimiento por mi cuenta. Sólo entonces sabré cómo lidiar con él. En mi caso muchas veces el no saber afrontar este problema me ha llevado a practicar chemsex. Obviamente, sería falso si no dijera que hay otros factores, como el deseo o el ocupar tiempo libre. Pero también es el lugar donde, por unos momentos, no me preocupan tanto mis pensamientos, donde puedo estar con un chico y no sentirme tan solo, porque tengo a alguien. También sé que estas situaciones juegan en mi contra porque la mayoría de veces cuando consumo, busco eso, pero lo que consigo es encerrarme más en mis pensamientos, sentirme más inseguro y expuesto a las personas con las que estoy y acabó volviendo a casa destrozado, con un sentimiento más intenso que la soledad. El vacío.
P.d.: Me he marcado como objetivo escribir algo un poco más alegre la próxima vez.
Hola:
El vacío… cuesta convivir con él. Pero se hace. Ha resultado mejor compañía para mí que algunas personas con las que he vivido y alguna pareja. Solo mejor que mal acompañado y mal acompañado he estado muchos años de mi vida, así que lo tengo claro. He aprendido a entretenerme solo, a llenarlo con cosas que me gustan y a entender que nadie sabe mejor que yo cómo enfrentarse a él. He aprendido a evitar esconderlo, ya ni mucho menos mediante el sexo o las drogas.
Cuando la soledad intenta alcanzarme en mi casa, sé que es el momento de salir, pasear, ver algo por la ciudad y entretenerme. Seguiré solo y seré consciente de ello, pero es una soledad agradable.
Cuando en los sitios de cancaneo me siento solo por falta de pareja pienso que allí suele ser un lugar en el que la gente busca sexo, intento centrarme en el momento, en lo que iba a buscar y no olvidar que no puedo esperar en una panadería comprar tornillos…
A su vez, la ironía es haber desarrollado apego ansioso. Esa falta de cariño en etapas críticas de mi vida me hace buscarlo desesperadamente o aferrarme a relaciones tóxicas por miedo al abandono, como un naúfrago se agarraría al primer madero que flotara en el mar. Yo lo llamo «el hambre», pero no es esa sensación física de hambre, sino ese ansia de que te falta algo primario y el malestar es realmente jodido. Es poco menos que estúpido, porque lo que siento y lo que es son dos cosas distintas. Además, he aprendido a estar solo y me las apaño bastante bien así. Sin embargo, sí, es un detonante, a trigger. Para sobrevivir durante muchos años he sido autosuficiente y huraño, pero cuanto más rechazaba la necesidad de cariño más vulnerable a ella me volvía. Soy mi principal enemigo o mi mejor aliado, y me conviene verme de esta segunda manera. Así las cosas, uno no sólo ha aprendido a nadar, sino que le han salido branquias. No sé muy bien si me he explicado de una manera clara aquí, disculpad.
Y ya no sé si quiero alguien a mi lado. Ya no es el tema desengaños, después del último algo pasó. ¿Qué quiero?¿Un terapeuta?¿Una «madre» que me aleje del peligro?¿Alguien con el poder de viajar en el tiempo y curar mis traumas? Ya sé que no. Realmente no sé qué busco, pero con los años sé lo que no. Quizás busco un compañero, alguien con quien construir algo, compartir vida y un proyecto, con el que aceptar también que estas cosas del amor no son para siempre…pero tampoco sé si estoy en disposición de ofrecer lo mismo, ahora mismo siento que conozco tan poco de mí y que encima estoy cambiando… Me cuestiono tanto lo que he aprendido sobre el amor y han sido tantos palos que si apareciera esa persona delante mía, seguramente lo miraría alucinado como si fuera un extraterrestre. Pobrecito, quienquiera que fuera el agraciado con el premio. Bromas aparte, quizás deba quererme y aprender a estar solo antes que buscarme a otra persona y poder amarla.
Gracias por tu post. Un saludo.
Chiquis me pasa lo mismo. La soledad es un arma de doble filo y a veces juega malas pasadas, pero también es un remanso para mi alma en los días difíciles.
Al mismo tiempo, creo que la soledad es una característica de la gente que posee mucha sensibilidad y que, en mi caso por lo menos, ha sufrido mucho rechazo en momentos importantes de su vida.
Muchas veces la soledad nos es regalada como una suerte de refugio/castigo; pero aquellas que realmente cabalgamos por su umbral con asiduidad sabemos que puede tener momentos muy sanadores y necesarios.
La soledad es el medio donde mejor me muevo y, al mismo tiempo, a veces me ahoga.
Queridas, ojalá estéis bien, solas o acompañadas (como necesitéis estar el día que leáis esto❤️). Quiero que sepáis que no estáis solos y que os quiero aunque no os conozca.