DOCE: Las drogas y sus significados

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No sabéis la cantidad de veces que me han dicho que no en la sauna algún tío soltándome un “¡paso tío! ¡a mí no me van esas mierdas que tomas!” refiriéndose a todas las drogas que llevaba y usaba. Después veía como esos mismos, muchas veces, iban por ahí paseándose con su botecito amarillo de popper.

Seamos sinceros con todos nosotros y hagamos una reflexión: El popper, al igual que la tina o cualquier otra droga química, es una droga, como también lo es todo lo referente al mundo 4.20 (término con el que se habla por las aplicaciones e internet sobre todo lo que tiene que ver con la marihuana y su parafernalia), e incluso alcohol y tabaco, por mucho que estos últimos sean legales.

Vemos muchas veces gente que por las aplicaciones hay gente que reniega a hablar y responder a aquellos que usan (usamos) drogas, pero también se puede ver en esos mismos perfiles en los que ponen el símbolo de prohibido junto a la palabra chems o drogas, que tienen el símbolo de una hoja o diciendo que van buscando 4.20.

Hay gente que no puede pasar un año, con tiempo suficiente para llegar el verano, haciéndose ciclos para estar más bellos y musculosos, sin darse cuenta de que todas esas hormonas acaban destruyéndoles, pero siguen haciéndolo.

Aun así, dentro de nuestra comunidad, la LGTBI, esas personas que usan los ciclos están mejor vistos que todos aquellos que realizamos chemsex. Esas personas, muchas veces, usan esas hormonas para hacerse ver diferente a lo que en realidad son, para cambiar una realidad que no les gusta ver frente al espejo y en las redes sociales, al igual que hacen las personas que usan las drogas para el chemsex.

Y aun cuando cada uno puede tener una opinión tan válida como la de los demás, sí que podríamos intentar aprender a respetar una forma de vida que muchas veces, a algunos, se nos ha escapado de las manos.

En mi caso, las drogas empezaron siendo una forma de quitarme toda esa vergüenza que siempre paso cuando salgo de fiesta y que hace que tenga terror escénico en cuanto a ligar con alguien de la discoteca. Pero todo eso desapareció cuando empecé a tomar éxtasis, haciendo que me liberara de mis prejuicios y dándome igual todo lo que me pasara a mí y alrededor mío.

El problema empezó cuando comencé a usarlas de forma habitual, primero cada fin de semana y luego a diario, creando todos esos problemas que he estado relatando y los que aún me faltan por contar (el bagaje es demasiado grande).

Y el ir usando las drogas a diario se produce por el hecho de ver que las cosas no van como quieres o cómo deben ser, y para eludir esa realidad que se pone delante mío, pues me drogaba, poco o mucho, pero lo hacía para relajarme, para distorsionar toda esa realidad que uno no quiere ver ni ser consciente de la que se es parte.

Pero al distorsionar la realidad, no me daba cuenta que iba aumentando el problema y enrollándolo a más y peor, y cuando veía que a la rosca le había dado otra vuelta más, más me drogaba en vez de intentar solucionarlo de alguna otra forma.

Y no es hasta que te dan una buena hostia que no despiertas y te caes de ese cohete que te lleva por los mundos de Yupi por los que volaba para no ver lo que me pasaba en realidad a nivel de tierra, a nivel personal.

Muchas veces, mientras esperaba mi visita con el psiquiatra, en esa sala de espera del hospital, había siempre una sesión de terapia de grupo, y muchas veces me veía reflejado en lo que algunos decían.

Lo más gracioso es que, aunque los problemas eran muchas veces los mismos, usaban como método de escape métodos diferentes a los míos… Unos a través del alcohol, otros con drogas e incluso, una chica, ¡a través de las compras! Pero todos esos problemas tenían un componente común, que eran adicciones con las que olvidaban temporalmente todos sus problemas.

Antes de yo empezar a tomar drogas, me preguntaba por qué la gente lo hacía, dando juicios de valor y aportando consejos que yo creía que podían ser valiosos para todos. Ahora me doy cuenta de que esos consejos son muy fáciles de dar cuando no se han vivido todos los problemas que uno tiene.

Aunque se intente explicar, es muy difícil de hacer entender, porque cada vez que intentaba describir lo que se me pasaba por la cabeza cuando me ponía a fumar tina o esnifar una montañita de keta, ves las caras de las personas en frente tuyo. Muchas veces eran caras de estupor, caras de querer parar de escuchar lo que les decía.

Entonces, intentaba suavizar mi realidad y mi verdad, edulcorando parte de los hechos. Aun así, me reprendían diciendo que podía haberme puesto a hacer deporte cada vez que tenía esas ganas de drogarme, o directamente, que no debía de haberlo hecho. Cuando llego a ese punto, muchas veces, me doy por vencido e intento cambiar de tema.

Por eso ahora, aun estando en proceso de dejar algo que me ha hecho mucho daño, dando un paso al frente decidiendo dejar de tomar según qué drogas (no nos engañemos, estoy hablando de la tina), eso no significa que no quiera tomarme una pastilla de éxtasis para desinhibirme con los amigos de fiesta.

Pero lo más importante es lo que he aprendido las pocas veces que he vuelto a hacer chemsex, colocándome y follando a más no poder, o por tan sólo el placer de volver a estar colocado pajeándome frente a la cámara de mi portátil con Zoom. Las primeras veces me sentía mal, me culpabilizaba por hacerlo.

Pero después de hablarlo con mi psicólogo llegué a entender que era parte del aprendizaje que debía hacer en estos momentos, sin tener que demonizar ese placer que obtenía durante ese tiempo, sin sentirme mal conmigo mismo, haciéndome daño, ya que esos sentimientos negativos eran los que me indujeron a ese mundillo que está tan mal visto por todos. Con esto, no lo ensalzo, pero tampoco me niego a que también, alguna vez, me vaya de nuevo con mi mochila y mis neceseres para pasarme allí unas cuantas horas de placer onanístico, ya que al fin y al cabo es para eso, para y por el puro placer.

Y volviendo de nuevo al tema de las aplicaciones, es increíble ver como después de más de un año desaparecido de ese mundillo, la gente aún sigue acordándose de todo lo que hice y echándotelo a la cara. Para la gente siempre es más fácil tirar la mierda a un ventilador y ver cuán lejos llega a esparcirse, ya que no te lo dicen a ti a la cara, o por chat, sino que se lo dicen a terceros en común a los que descubren como nuevos amigos tuyos.

Y esa gente sueltan joyas como “¿qué haces de fiesta con ese? ¡Si es un drogata que le va follar a pelo!”. De esa forma si hay gente que no sabe tu pasado se acaban enterando. Si son buenos amigos, te lo cuentan y comprenden el esfuerzo que haces, pero si los estás empezando a conocer se alejan rápidamente, ya que dan más importancia a la información obtenida por otras personas en vez de venir a la fuente original, quien les puede explicar.

Ese tipo de situaciones hacen que uno se recluya en sí mismo, pensando que a veces es mejor la situación anterior en la que estabas, ya que, aunque mal visto por la sociedad, al menos tú creías estar volando en una acolchada y cómoda nube de felicidad donde sólo importaba eso, y todo lo demás lo mandabas a la mierda (incluyendo, muchas veces, verdaderos amigos y a tu propia familia, que lo único que intentaban era despertarte de ese falso sueño). 

Por último, todo esto lo digo para que veamos que todos tenemos problemas y que los intentamos tapar de modos diferentes, algunos de formas bien vistas y otros rechazados por la sociedad, pero que hemos de trabajar para hacer que las diferentes realidades que viven las personas, intentar comprenderlas del porqué lo hacen, sin prejuicios, porque es lo que más daño les puede hacer y menos ayuda les aportará.

Hay que apoyarles en esos momentos que ellos piden ayuda, respetando los límites y objetivos que ellos ponen, ya que, si los sobrepasamos, la gente se retrae y vuelve otra vez al mismo pozo… Lo digo por experiencia.

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2 respuestas a «DOCE: Las drogas y sus significados»

  1. Gracias por contar tus vivencias, me están ayudando mucho y seguro que a mucha más gente. Comprobar que uno no está tan solo como creía y sentirse tan identificado con todo lo que cuentas hace que esté completamente atrapado con tus textos y entrando casi a diario por si hay una entrada nueva. Eres un valiente. Por favor no dejes de escribir nunca, al menos por ahora! 🙂

    1. Wow!! Muchísimas gracias por tan bonitas palabras. Se agradecen un montón y es un placer mostrar por aquí mi experiencia para que la gente y la sociedad pueda concienciarse de todo este fenómeno. Aún así, tengo muchas más historias en la recámara para compartir con todos vosotros!!

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