Mañana me vuelvo a ir de casa de mi familia después de 3 años y medio, una pandemia por en medio, un cambio de grado universitario, un cambio de forma de ser, de expresarme. Y justo el día antes de mudarme, cuando creo que ya estoy preparado para todo, me doy cuenta de que aún no estoy preparado para todo. Nunca os ha pasado que quieres dar un paso adelante y de repente te tropiezas con una piedra inesperada que ni sabías de su existencia. Pues a mí me ha pasado, y cómo me genera malestar, he decidido compartirlo con vosotres, por si os sentís identificades.Continuar leyendo «Primera vez»
Suelo estar más centrado por las mañanas; mi cabeza funciona mejor, ahora que soy más mayor que antes me doy cuenta. Por eso aprovecho el momento para escribir, tomar las grandes decisiones del día y, sobre todo, disfrutar de lo que más me gusta de la vida. Después, el estrés del trabajo, el de mi situación familiar y mi inestabilidad (regalito genético de mi madre, supongo) hacen el resto. Séneca decía «conócete a ti mismo», pero para eso hace falta estudiar algo más que un grado. Hace falta vivir, equivocarse, darse cuenta y aprender de ello.Continuar leyendo «Slutshamming, estigma y consumo por Pau»
Es tan fácil acostumbrarse a la mentira como a la droga. Con todo, tiene su función. Quizás entonces no me sintiera preparado para afrontar los hechos. Lo malo es que, una vez reconoces lo que hay no puedes volver atrás, no puedes ignorarlo otra vez.
Muchas veces me negaba a reconocer una situación porque eso implicaba hacer algo respecto a esa realidad, enfrentarme a ella, tomar decisiones, algunas muy duras. Aunque la zona de confort sea una mierda, casi se prefiere a lo desconocido.Continuar leyendo «El autoengaño»
Si de mí pudiera, la fantasía erótica más grande que jamás he pensado es meterme un rayón de coca hasta atascar la nariz (de hecho, no sé como en la peli de Lucas Me Quería A Mi, se meten un gramo de golpe).Continuar leyendo «Ni contigo ni sin ti»
Estoy borracho. Es así y prefiero dejarlo claro antes de que alguien se moleste en leer estas líneas. Borracho a la vez que infeliz, frustrado y enjaulado. Me ha apetecido escribir así, sin ton ni son porque creo que este es el momento en que, pese a mi ligera incapacidad etílica, puedo expresar mejor lo que tengo en mente. Constantemente. Día tras día. Y que cristaliza en momentos como este, los más atómicos.
Esto es un luto, una renuncia, un duelo, un quéseyó donde se mezcla dolor, tristeza y nostalgia.
Desde que decidí abandonar el chemsex (decidir? tener que?), mi vida ha sido un freno constante. Mi vida social ha quedado descabezada, entrecortada, sujeta a esos momentos de abismo en los que tienes que, pese a que se te lleven los demonios, volver a casa forzadamente.
Hoy salí a tomar algo. Después cenar. Después algunas copas más. Y mis amigos han decidido ir a un club de sexo. Para mi ha sido el fin de la noche. Nox interruptus, o como se llame. Es la señal que yo me tengo que retirar, mal me pese. Llevo ya dos años así, y nunca se acaba. Nunca veo el momento de decir “esta vez sí, esta vez podrás controlarte”. Nunca pasó y sé que nunca pasará.
Y con esto me doy cuenta de que parte de mi vida se fue por la borda cuando tomé esa decisión (de la que no me arrepiento), para salvarme. Ya nada volverá a ser lo mismo. Ya no podré explorar esos recobecos de mi sexualidad ni sumergirme en nuevos placeres, porque siempre los vincularé a las drogas, y estas serán un fantasma que acechará en las sombras de cualquier cuarto oscuro, cualquier portal o baño de discoteca.
Tengo que acostumbrarme a ello pero no pasa nunca. Pisar una sauna? Ya nunca jamás. Pero lo deseo. Deseo eso que tanto me jodió y deseo no tener ese deseo. O volverlo a descubrir otra vez de cero, aunque me diera problemas, pero desde la tabula rasa de la no-dependencia, ni física ni psicológica, a la tina, a la mefedrona al slam al globo a la sensación de que todo va bien aunque no vaya bien.
Pero pasó. Y con esta cruz tendré que vivir. Con el freno de mano agarrado cada vez que la situación vaya cuesta arriba. Con la auto-represión como bandera. Y con todo esto me pregunto: qué ha sido más dañino para mi, el descontrol con las drogas o la huella indeleble que han dejado en mi cabeza para siempre más pese a no tomarlas?
No es poco usual que alguien se quede en unbucle continuo viendo porno e intentando masturbarse mientras continúan tomando drogas, estando así durante horas y horas en esta práctica sin saber cómo terminar. Puede ser porque prefieren no quedar con nadie y colocarse ellos solos, o tal vez porque ya han estado con gente pero ahora han vuelto a su casa, o la persona que estaba con ellos se ha ido hace ya un buen rato y piensan que quedar con alguien más ya no sea una buena idea. Continuar leyendo «La masturbación compulsiva y el porno»
Recuerdo la primera vez que fui al CAS, mi psicólogo me dijo que estaba atrapado en un círculo y tenía que conseguir salir de este. Desde ese momento todo ha sido: Querer dejar de consumir, consumir igualmente, conseguir un mes de “parón”, vuelta a los hábitos, etc. Continuar leyendo «Circulo»
“El sentirse fuerte y seguro de lo que uno quiere y desea no es más que la señal de alerta de que algo está a punto de ocurrir”
Después de una muy mala experiencia en Marzo de 2021, donde terminé en el hospital con un brote psicótico como nunca había tenido, decidí que las drogas y yo habíamos terminado, si no totalmente, al menos de la manera en que lo estaba haciendo hasta aquel momento. Opté por lo que todos hacemos cuando nos pasan estas cosas, borrarnos las aplicaciones y eliminar cualquier contacto de nuestro teléfono móvil. ¿Sirve para algo? Desde mi punto de vista absolutamente NO, ya que si lo quieres lo vas a encontrar sin mucho trabajo. Continuar leyendo «Maldita Madrugada, Bendita Tarde»
Hoy he vuelto a comprar. Casi ni me he dado cuenta. Pensé que sería más difícil. Después de 5 meses en los que la voluntad ha vencido al deseo, algo ha saltado en mi cabeza y lo he conseguido. Continuar leyendo «El monstruo»
Conchi, un culo, conchi, conchi, una polla, conchi, una fiesta, Carlos, Carlos, otro culo, una fiesta y negro. Es el carrete de mi teléfono móvil, que llevo perfectamente grabado en mi mente y reaparece en bucle alguna de esas noches que no puedo dormir y sólo pienso ¿Qué será de Conchi? Continuar leyendo «Conchi y el carrete»
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra Política de Cookies.
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.