OCHO: Zoom y la realidad nocturna aumentada

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No me acuerdo bien cómo descubrí el fascinante mundo de Zoom. La cuestión es que a esto me enganché más rápido incluso que a la tina… Lo mejor fue que combiné ambos, ya que lo que hacía era ponerme a fumar mis pipas (y lo digo en plural, porque fumaba con mi pipa normal, con la de agua o con el bong indistintamente).

Y es que, con cada calada, me iba liberando más y más, sobre todo mirando las cams de los otros integrantes, desnudos, cachondos cuales perras en jauría, haciéndose pajas o follando. Continuar leyendo «OCHO: Zoom y la realidad nocturna aumentada»

SIETE: Jara y sedal, o la fauna en la sauna

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La sauna, tal y como he hablado antes, puede ser un mundo atractivo, en el que todo es seducción, donde crees encontrar amistades y amores, que una vez sales por sus puertas, tanto ellos como tú, todas esas sensaciones desaparecen tras la ostia que te pega el sol cegador de las doce del mediodía después de haberte tirado dentro de la sauna dos o tres días seguidos y haberte gastado más de 150 euros entre la entrada, reentradas, cabinas privadas, bebidas y algo de comer. Continuar leyendo «SIETE: Jara y sedal, o la fauna en la sauna»

SEIS: La sauna, o mi segunda residencia

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A mí siempre me gustó ir a la sauna. Entraba un sábado después de fiesta, pagaba la entrada, me desnudaba y me ponía la toalla y subía hasta la zona de las cabinas. Daba un par de vueltas y me metía en una de las cabinas con alguien que me molaba. Follábamos, me corría y ya está. El arte de descargar estrés por 20 euros. Y así hacía de vez en cuando. Continuar leyendo «SEIS: La sauna, o mi segunda residencia»

Bucle

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Martes. Jueves. Domingo… No es importante en que día me encuentro. Una vez mas estoy en el centro de la ciudad colocado. Colocadísimo. Con la polla medio dura y buscando. Buscando jaleo. Muy cachondo. Muy cerdo. Continuar leyendo «Bucle»