Como la tina salvó mi vida – Primera parte

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MI PRIMERA CITA CON LA MAYOR DE LAS REINAS Y EL FOLLETEO CON DESCONOCIDOS

La primera vez que probé la metanfetamina fue con 22 años en el 2015, un vecino me insistía casi cada fin de semana a que fuera a una chill que organizaba en su casa. Nunca antes había participado en una, me había montado juergas pero con colegas. Ese año fue justo cuando el chemsex estaba en auge en España, casualmente después de que varios medios de comunicación se hicieran eco del documental Chemsex de Vice con títulos tipo “Gais, sexo y drogas. Una moda peligrosa” y, aunque no sea una moda, los chills se multiplicaron. Si no habéis visto el documental, os lo recomiendo si queréis conocer una pequeña parte de la realidad del follar con drogas, la más extrema y problemática. Si estáis pensando que por llamarse como el fenómeno, iba a representar todas las realidades objetivas, os equivocáis. Continuar leyendo «Como la tina salvó mi vida – Primera parte»

OCHO: Zoom y la realidad nocturna aumentada

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No me acuerdo bien cómo descubrí el fascinante mundo de Zoom. La cuestión es que a esto me enganché más rápido incluso que a la tina… Lo mejor fue que combiné ambos, ya que lo que hacía era ponerme a fumar mis pipas (y lo digo en plural, porque fumaba con mi pipa normal, con la de agua o con el bong indistintamente).

Y es que, con cada calada, me iba liberando más y más, sobre todo mirando las cams de los otros integrantes, desnudos, cachondos cuales perras en jauría, haciéndose pajas o follando. Continuar leyendo «OCHO: Zoom y la realidad nocturna aumentada»

SIETE: Jara y sedal, o la fauna en la sauna

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La sauna, tal y como he hablado antes, puede ser un mundo atractivo, en el que todo es seducción, donde crees encontrar amistades y amores, que una vez sales por sus puertas, tanto ellos como tú, todas esas sensaciones desaparecen tras la ostia que te pega el sol cegador de las doce del mediodía después de haberte tirado dentro de la sauna dos o tres días seguidos y haberte gastado más de 150 euros entre la entrada, reentradas, cabinas privadas, bebidas y algo de comer. Continuar leyendo «SIETE: Jara y sedal, o la fauna en la sauna»

SEIS: La sauna, o mi segunda residencia

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A mí siempre me gustó ir a la sauna. Entraba un sábado después de fiesta, pagaba la entrada, me desnudaba y me ponía la toalla y subía hasta la zona de las cabinas. Daba un par de vueltas y me metía en una de las cabinas con alguien que me molaba. Follábamos, me corría y ya está. El arte de descargar estrés por 20 euros. Y así hacía de vez en cuando. Continuar leyendo «SEIS: La sauna, o mi segunda residencia»

CUATRO: Unas Navidades muy festivas

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Después de pasar, como cada año, la Nochebuena y el día de Navidad junto a mi familia, aquel sábado de San Esteban, por la tarde, llegó un amigo desde Castellón, al cual conocí aquel mismo verano durante el Circuit. Vino para pasar aquella noche de fiesta conmigo, ya que quería ir de fiesta por Barcelona, y descubrí una llamada Lokotron, así que nos fuimos juntos allí. Continuar leyendo «CUATRO: Unas Navidades muy festivas»