SEIS: La sauna, o mi segunda residencia

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A mí siempre me gustó ir a la sauna. Entraba un sábado después de fiesta, pagaba la entrada, me desnudaba y me ponía la toalla y subía hasta la zona de las cabinas. Daba un par de vueltas y me metía en una de las cabinas con alguien que me molaba. Follábamos, me corría y ya está. El arte de descargar estrés por 20 euros. Y así hacía de vez en cuando. Continuar leyendo «SEIS: La sauna, o mi segunda residencia»

Bucle

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Martes. Jueves. Domingo… No es importante en que día me encuentro. Una vez mas estoy en el centro de la ciudad colocado. Colocadísimo. Con la polla medio dura y buscando. Buscando jaleo. Muy cachondo. Muy cerdo. Continuar leyendo «Bucle»

CUATRO: Unas Navidades muy festivas

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Después de pasar, como cada año, la Nochebuena y el día de Navidad junto a mi familia, aquel sábado de San Esteban, por la tarde, llegó un amigo desde Castellón, al cual conocí aquel mismo verano durante el Circuit. Vino para pasar aquella noche de fiesta conmigo, ya que quería ir de fiesta por Barcelona, y descubrí una llamada Lokotron, así que nos fuimos juntos allí. Continuar leyendo «CUATRO: Unas Navidades muy festivas»

DOS: Mi primer roneo con la tina

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Ya en el grupo me habían hablado sobre ella y siempre me habían avisado de no tomarla, (era de la única droga que me hablaban de forma tan negativa, para que no la usara, incluso metiéndome miedo), diciéndome que era muy adictiva, y les hice caso, hasta ese día… un sábado por la noche de noviembre.

Aquella noche, todos habíamos ido a celebrar el 40 cumpleaños de uno del grupo, pero habíamos tenido un enganche dentro del mismo. Continuar leyendo «DOS: Mi primer roneo con la tina»

Mi primera vez

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Me acababa de cambiar de casa y por fin después de un tiempo compartiendo volvía a vivir solo. Entre otras cosas eso significaba que podría invitar tíos para follar libremente. Podría utilizar el comedor, incluso ver porno en la tele grande del comedor! Mis sueños de imitar lo que yo había visto y vivido en otras casas los podría ahora hacer realidad en la mía! Bienvenido a mi nueva libertad!

Aquel francés, guapo y morboso como todos los franceses, no recuerdo si fue el segundo o el tercero que pasó por mi casa en aquella recién inaugurada independencia. Nada más entrar y acomodarse me preguntó si podíamos invitar a un tercero, un colega suyo. No solo iba a tener sexo en mi nueva casa si no que íbamos a montar una orgia. Aquello ya era el súmmum de mis sueños. Continuar leyendo «Mi primera vez»