De algo malo siempre se puede sacar algo bueno. Y en mi caso fue el aprovechar para hacer un parón en las drogas y reflexionar el que quería hacer a partir de entonces. Lo que no esperaba es que ese parón en las drogas me afectara tanto.
De algo malo siempre se puede sacar algo bueno. Y en mi caso fue el aprovechar para hacer un parón en las drogas y reflexionar el que quería hacer a partir de entonces. Lo que no esperaba es que ese parón en las drogas me afectara tanto.
Tenía yo 17 años de la primera vez que había consumido drogas en una sesión de sexo. Fue de casualidad. Yo, de vez en cuando, pues iba quedando con gente por apps móvil, etc.
Continuar leyendo «Dos primeras veces, dos maneras diferentes»
Aquella mañana de febrero me desperté de un pequeño KO técnico no previsto durante la noche anterior en casa. Después de desayunar volví a mi habitación y cuando ya hice la cama abrí el portátil de nuevo para usar Zoom. En ese momento vi que casi no me quedaba tina. Así que cogí la mochila y me fui para casa de mi camello. Continuar leyendo «DIECISIETE: Y llegó la ostia»
Al poco tiempo de morir mi abuela me dije a mí mismo que era momento de parar toda la locura que estaba llevando en mi vida. Y es por esa razón que decidí ir a hablar con mi doctor de cabecera en el CAP para hacer terapia. La decisión de contárselo a él y pedirle ayuda fue en gran medida. Lo hice porque con él tengo confianza y ha sido mi médico desde los 14 años.
Continuar leyendo «DIECISEIS: La vez que intenté parar»
Nunca pensé que llegaría a tener como mascota un perro, pero así fue. Llegó con la excusa de ser para mi sobrina, aunque en realidad era para toda la familia. Como siempre, la imagen más típica es aquella en que el padre de la casa se niega a tenerlo en casa, pero hoy en día, creo que le quiere más incluso que a su nieta. Continuar leyendo «QUINCE: El apoyo en el ser menos esperado»
De: Maruja “La Mutante”
Para: El impostor
Como todo buen ejercicio se necesita de constancia y compromiso para que éste funcione. Así que hoy quiero hacer un poco de ejercicio mental y recordar cual fue ese momento en el que decidí aceptar que algo no iba bien y que necesitaba parar.
Una madrugada de fin de semana, estando ya harto de estar encerrado toda la noche en casa con el Zoom, abrí el Grindr. Acabé encontrando a un chico que me invitó a la casa donde estaba con dos colegas suyos. Raudo y veloz, empaqueté algunas de mis cosas y me pillé un taxi desde casa para llegar hasta Sants. Continuar leyendo «CATORCE: Los fines de semana de la marmota»
No sabéis la cantidad de veces que me han dicho que no en la sauna algún tío soltándome un “¡paso tío! ¡a mí no me van esas mierdas que tomas!” refiriéndose a todas las drogas que llevaba y usaba. Después veía como esos mismos, muchas veces, iban por ahí paseándose con su botecito amarillo de popper.
De estos grises días de Agosto me acordaré toda mi vida. Un jueves por la mañana, estando en la oficina después de volver de vacaciones (una semana de fiesta y Circuit y otra semana en el sur con mi familia), mi padre me llamó para decirme que volverían el sábado a casa, adelantando el viaje. La razón fue que les llamaron desde la residencia donde estaba mi abuela diciendo que ya no iba a durar demasiado. Continuar leyendo «ONCE: Muerte, duelo y drogas, un mix explosivo»