Dicen que los verdaderos amigos se pueden contar con los dedos de una mano, y tal vez sea verdad. Pero si eso se lo dicen a alguien que, como yo, donde en el colegio la gente sólo se hacía “amiga” mía por el hecho de sacar mejores notas por una cantidad menor de trabajo. Eso se debía a que era siempre yo quien acaba terminando y ultimando todos los trabajos.
Finalmente, me di cuenta de que toda esos “amigos” estaban conmigo sólo por esa oportunidad de sacar mejores notas, saboreando ese agrio gusto del abuso, directo o indirecto hacia mí, por tal de sacar un provecho por su bien y sin luego preocuparse de cuales eran mis sentimientos cuando ya me hice consciente de lo que pasaba a mi alrededor. De esa forma, me acabé haciendo propenso, cada vez más, a ser reticente cuando la gente se acercaba a mí para cualquier tipo de trabajo del colegio. Continuar leyendo «NUEVE: Los amigos»